"Para mí sólo recorrer los caminos que tienen corazón, cualquier camino que tenga corazón. Esos recorro, y la única prueba que vale es atravesar todo su largo, y esos recorro mirando, mirando sin aliento" Castaneda

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Cómo ser incomprensibles para las máquinas (Terence McKenna)

Psicodélicos en la era de las máquinas inteligentes

"¿Qué clase de civilización es esta en la que 6 billones de personas tratan de autocomplacerse mientras pisan los hombros y patean los dientes de los demás? No es una situación placentera. Sin embargo, podemos apartarnos y ver el mundo y darnos cuenta de que tenemos el dinero, el poder, el conocimiento médico, la técnica científica, el amor y la comunidad para crear un paraíso verdadero. Pero estamos liderados por los peores, los menos inteligentes, los menos nobles, los menos visionarios... simplemente los peores. Y no peleamos una resistencia contra los valores deshumanizadores que nos son vendidos como íconos para el control de las masas.

No es algo en lo que quisiera profundizar demasiado, porque esto es una lectura en sí... pero la cultura no es tu amiga. La cultura es para la conveniencia de otras personas y la conveniencia de diversas instituciones, iglesias, compañías, esquemas de recaudación de impuestos, etcétera. No es tu amiga. Te insulta, te rebaja. Te usa y abusa de ti. Nosotros no somos bien tratados por la cultura. Y aún así glorificamos todo el potencial creativo del individuo, los derechos del individuo, entendemos la importancia de la propia experiencia... Por eso lo más importante es saber que la cultura es una perversión: fetichiza objetos, crea manía consumista, predica infinitas formas de falsa felicidad, infinitas formas de falso entendimiento y realización disfrazadas de religiones redundantes y cultos patéticos, invita a las personas a rebajarse y deshumanizarse actuando como máquinas. Procesos tras procesos... recién salidos de Madison Avenue y Hollywood.

¿Cómo hacemos para defendernos? Creo que... creando arte. Arte. Nosotros no estamos en este mundo para revolvernos en el lodo. Y si Dios nos puso en este mundo para revolvernos en el lodo, entonces no quiero tener nada que ver con él. Sería como un demonio enfermo, algún tipo de demagogo canibalístico que debiera ser renunciado y rechazado. Pero si aceleramos con el pedal artístico hasta el fondo, creo que maximizamos nuestro lado humano y nos volvemos mucho más innecesarios e incomprensibles para las máquinas".

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